martes, 17 de septiembre de 2013

Al final del día

Últimamente te pienso mucho,   he imaginado, no sé cuantas veces envolverte en un abrazo eterno, aferrarme a tu mano y sentir que me necesitas.  Cuando contemplo el final del día, justo cuando las últimas luces producen  miles de siluetas inimaginables,  veo que vuelves a mí, después de un día cargado de faenas y largas  aventuras que luego  me cuentas sin descanso.  


Te confesaré que no por tristeza, sino por ternura,  algunas  lágrimas lloré el otro día,  que  mientras dormitaba te sentí venir y escuche decir que me amas, no intentes reprocharme algo como esto hijo mío,  que las madres algunas veces pecamos  de hacer cursilerías. 

                       Sonya